La contraposición y la mezcla de iconos mundialmente conocidos y la unión de medios visuales artísticos, hace de su obra algo especial y reconocible. Como si los mundos misteriosos y casi surrealistas que creó El Bosco en sus cuadros hubieran evolucionado hacia una perspectiva más actual y realista. Blancanieves infantiles que pierden su idea original y se transforma en algo que se convierte en origen y concepto de todo. En las escenas de un mundo personalísimo, descubrimos la obra de Sandra Paula Fernández.
Me encanta su estilo surrealista pop. A simple vista parece algo como infantil y sin concepto, pero a medida que te vas fijando son grandes reivindicaciones de nuestro mundo actual.
En el caso de obras como Save the Arctic! se representa un disparate. Recordando a la pintura El jardín de las delicias del Bosco (de la cual es gran deudora), encontramos varios puntos como son; la matanza de las ballenas, una petrolera, activistas, complejos resorts de vacaciones, osos polares que se ahogan y máquinas para fabricar nieve. Entre todo ese absurdo, una realidad muy contundente, el despropósito de la sociedad actual. Una obra que utilizando la inspiración en el arte de la Edad Media, está muy bien llevada, y demuestra que ese lenguaje también puede hacernos partícipes de una visión crítica con una situación actual.
La utilización del personaje Disney, Blancanieves, es otra de las características de su obra. Blancanieves se cuela en guerras, en paraísos y hasta en portada de revistas. Según la artista, para ella, Blancanieves representa el arquetipo femenino que cumple todos los roles (amorosas, bellas, asesinas, negras, lesbianas, etc.), como el origen de un todo, dependiendo del mensaje que quiere lanzar en la obra. Lo complicado de este icono es que aunque pueda parecer manido y es que ha sido utilizado por muchos otros antes, Sandra es capaz de dar una vuelta de tuerca más y hacerla propia, porque realmente, en manos de ella, Blancanieves ya no de Disney, es una extensión más de su mensaje.
Empoderadas del arte 